BIOGRAFIA RICHARD GERVER
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Richard Gerver
Biografía
Richar Gerver es profesor y un reconocido ponente, experto en liderazgo y cambio organizativo. Ocupó el cargo de director de la Escuela Primaria Grange en una época en la que se transformó su modelo educativo hasta convertirla en una de las escuelas más innovadoras del mundo. Ha sido asesor de política educativa del Gobierno británico, fundamentalmente en lo que se refiere a la definición del cambio en la escuela para el Siglo XXI. Ganador del Premio Nacional de Enseñanza en el Reino Unido, está considerado como uno de los líderes educativos más innovadores e inspiradores de nuestro tiempo.
Richard Gerver es ponente habitual del Global Education Forum (GEF), un espacio de debate sobre el futuro de la enseñanza que organizan cada año la Institución Educativa SEK y la Universidad Camilo José Cela, con el fin de suscitar un amplio debate social sobre el futuro de la enseñanza.
Doctor en educación, profesor y escritor, fue galardonado con el Premio nacional de enseñanza y nombrado mejor director de escuela del Reino Unido. Es autor de libros como “Crear hoy la escuela del mañana”,"La educación y el futuro de nuestros hijos” y “Simple Thinking”. Deportistas de elite y grandes organizaciones han contado con él para que les ayudara a entender su visión del potencial humano.
Profesor, escritor y asesor educativo británico, Richard Gerver se ha convertido en una referencia internacional de innovación educativa y recorre el mundo impartiendo conferencias para impulsar el cambio en el ámbito de la educación, en la organización de empresas y en la propia sociedad actual. Autor del superventas Crear hoy la escuela del mañana, defiende la necesidad de educar a ciudadanos no ya del siglo XXI sino del siglo XXII, preparados para innovar y construir su propio futuro y dispuestos a aprender siempre. Desglosamos diez claves sobre las que se asienta ese cambio que Gerver defiende y en el que juegan un papel esencial los docentes.
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1. La educación surge de las personas y se dirige a las personas. Cuando educamos y cuando impulsamos nuestra educación, a pesar de las estructuras, los sistemas, los procesos y las políticas, debemos recordar que lo que cambia el mundo son las personas y que en el corazón de la educación deben estar las personas.
2. Hemos complicado la educación en vez de mejorarla. Mientras tratábamos de cambiar nuestro sistema educativo, lo único que hemos logrado en los últimos años es convertirlo en un debate político e intelectual donde nadie se acuerda de los niños, los verdaderos protagonistas. Esto ha confundido y alienado a las personas y ha frustrado a los profesores, que se sienten vulnerables y amenazados. Para solucionarlo, hay que dejar de hablar de educación y empezar a actuar.
3. Los profesores son fundamentales. Cuando le preguntas a alguien sobre cuáles eran sus asignaturas favoritas en el colegio, si sigues indagando, en muchas ocasiones descubres que lo que les apasionaba no era la materia, sino el profesor. La labor del profesor es cambiar la forma en la que los alumnos ven el mundo y ayudarles a desplegar en él todo su potencial. Por eso, para que la educación cambie los primeros que deben salir de su zona de confort y los primeros que deben cambiar son los profesores.
4. Educar es más que enseñar. Los conocimientos y contenidos académicos son importantes, pero lo esencial es formar a ciudadanos no ya del siglo XXI sino del siglo XXII, con las conductas, habilidades y actitudes hacia el mundo necesarias para crear un futuro positivo y constructivo.
5. Para aprender, arriesgarse es más importante que acertar. Debemos conservar la capacidad que tienen los niños de crear, imaginar y pensar posibilidades, porque al crecer olvidamos esa capacidad. Tenemos miedo no solo de arriesgarnos sino del más mínimo cambio, y nos centramos solo en encontrar la respuesta correcta; pero acertando, haciendo lo correcto en el momento correcto no se aprende. Se aprende corriendo riesgos, admitiendo que algo no se sabe y cometiendo errores.
6. La educación es una celebración de la vida. Educar es celebrar la vida de nuestros niños, ayudarles a entender el poder de su futuro, animarles a levantar la cabeza, mirar sus aspiraciones, sus sueños, sus intereses, sus habilidades, lo que les hace únicos y su potencial; es decir, ayudarles a entender y celebrar quiénes son como individuos, como miembros de la comunidad y como parte de la sociedad.
7. Hay que pensar en los alumnos y escucharles. Hay que diseñar la educación pensando en los niños, que son sus verdaderos protagonistas, en vez de pensar en lo que nos conviene como adultos o lo que nos gusta como profesores. Pero, además, los niños, los jóvenes, los estudiantes deberían tener la palabra cuando se habla de educación, cuando se debate sobre su futuro, para dar a conocer sus aspiraciones, sus sueños y sus valores y lo que esperan del sistema educativo.
8. La educación debe empoderar, no controlar ni examinar. La educación debe ser capaz de poner al niño en movimiento, animarle, impulsar su aprendizaje y ayudarle a desarrollar una determinación, un propósito, en vez de controlarlo, apoyarse en el miedo, la presión y el castigo, prepararle para hacer más y más exámenes y obligarle a colorear siempre dentro de la línea. Un sistema que se apoya en test, exigencias académicas y notas no evoluciona realmente, solo consigue una educación superficial.
9. El aprendizaje debe ser significativo y motivador y los profesores son los encargados de lograrlo. Para motivar a los estudiantes y para educarles de verdad debemos ofrecerles un aprendizaje que les importe, que les afecte, les divierta y les apasione, que signifique algo para ellos aquí y ahora, no para el futuro ni para preparar un examen. La tarea de los profesores ya no consiste en transmitir información y conocimientos a los alumnos, sino en ser capaces de unir lo que interesa a sus alumnos con las habilidades que necesitan desarrollar, y crear así un entorno de aprendizaje irresistible para ellos.
10. El nuevo sistema educativo debe ser flexible y personalizado. Hay muchas sociedades, comunidades, clases y alumnos diferentes, por lo que la educación no puede ser igual para todos, no puede ser un sistema único e inamovible, sino que debe cambiar y personalizarse.
El nuevo sistema de educación que diseñemos debe ser flexible y adaptable a cadahttps://youtu.be/xP5203v7Muw realidad y a las necesidades individuales de cada alumno.
Richard Gerver es uno de los principales exponentes de la corriente que aboga por la transformación del sistema educativo actual. Destacó por su trabajo como director de la Grange Primary School, escuela del Reino Unido en la que consiguió implicar a alumnos, docentes y personal no docente para trabajar juntos en un proyecto innovador y motivante que le supuso el premio al Mejor Director del Año en los British National Teaching Awards. Continuó su trayectoria profesional como asesor de política educativa en el gobierno de Tony Blair, y plasmó sus experiencias y su filosofía educativa en su primer libro: Crear hoy la escuela del mañana. Actualmente, viaja por todo el mundo compartiendo sus ideas con el resto de la comunidad educativa.
Inteligencia: claves para desarrollarla en el aula y en el trabajo según los expertos Howard Gardner y Richard Gerver.
Inteligencia: claves para desarrollarla en el aula y en el trabajo. La inteligencia no siempre es sinónimo de sacar un 10 en el examen de Matemáticas o de Lenguaje. Es mucho más. A lo largo de los años, diversas investigaciones han puesto de manifiesto la existencia de diversas teorías que comprenden diferentes definiciones de inteligencia. Entre las más extendidas, destaca la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner o la Inteligencia Emocional.
Inteligencia: claves para desarrollarla en el aula y en el trabajo
Estas teorías reflejan que la persona es mucho más que los conocimientos académicos. Se contemplan una serie de habilidades, competencias y capacidades importantes para la vida y para el desarrollo personal y profesional. Desarrollarlas desde pequeño, prácticamente desde que se nace es importante, aunque también se deben potenciar en la edad adulta.
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Cómo definir la inteligencia
La inteligencia puede definirse de varias formas. Algunas de sus definiciones más habituales y que figuran en la Real Academia Española de la Lengua son:
– la capacidad de entender o comprender
– capacidad para resolver problemas
– el conocimiento, la compresión o el acto de entender o bien la habilidad
– destreza y experiencia
Dentro de estas definiciones se halla la realizada por la American Psychological Association. Incide en que las personas se diferencian entre sí por la habilidad de comprender ideas complejas, de adaptarse al entorno de forma eficaz y de aprender de la experiencia. Una definición en la que igualmente se refleja que las características intelectuales de las personas varían según las ocasiones.
En el año 1994, la Mainstream Science on Intelligence la definía como una capacidad mental que implica diversas habilidades como razonar, resolver problemas o pensar de manera abstracta.
Además de estas dos definiciones, en el siglo XX también han aparecido otras teorías, sobre todo vinculadas al campo de la Psicología, que han descrito la inteligencia de diferentes formas.
Es el caso de la Teoría Triárquica de la Inteligencia que fue desarrollada por Robet J. Sternberg, psicólogo de la Universidad de Yale, quien habló de tres categorías: inteligencia componencial-analítica, experiencial-creativa, y contextual-práctica.
De ese mismo siglo es la Teoría de la Inteligencia Emocional, de Daniel Goleman, que la define como la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos y la habilidad de saberlos manejar y que últimamente se está aplicando en el ámbito educativo y de la empresa.
La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner
Pero, sin duda alguna, hoy en día una de las teorías más extendidas y de mayor peso es la desarrollada por Howard Gardner con su concepto de inteligencias múltiples bajo el que este profesor de Cognición y Educación en la Harvard Graduate School of Education, y que recibió el Premio Príncipe de Asturias 2011 de Ciencias Sociales, explica que cada persona tiene al menos nueve formas de inteligencia que se presentan con diferentes niveles de desarrollo al nacer. Un desarrollo en el que no se olvida la carga genética.
La teoría no se queda ahí y señala que no es suficiente que una persona sea muy buena o sepa muchas matemáticas o lengua para desenvolverse en la vida, sino que es preciso desarrollar ciertas habilidades que no siempre están en los libros de texto como es, por ejemplo, el hecho de saber relacionarse con los demás o comprender las motivaciones o los deseos de otras personas, facetas sin las que las personas, aunque sean muy buenas en alguna materia, pueden ver mermada su vida personal y profesional.
Bajo este prisma, Gardner establece su clasificación en 9 tipos de inteligencia:
- e entenderse a uno mismo y apreciar las motivaciones, miedos o sentimientos.
- Naturalista: capacidad de
- Lingüística: capacidad de usar el lenguaje para expresarse ya sea oral como escrito o bien para aprender idiomas.
- Lógica-matemática: capacidad de analizar problemas de forma lógica y de realizar operaciones matemáticas, aparte de investigar temas científicamente.
- Musical: capacidad de tocar, componer y apreciar piezas musicales, así como de reconocer tonos y ritmos.
- Espacial: capacidad de presentar ideas visualmente, crear imágenes mentales, dibujar y confeccionar bocetos o visualizar con precisión.
- Corporal-cinética: capacidad para realizar actividades que requieren fuerza, flexibilidad, coordinación y equilibrio o de hacer trabajos manuales o expresión corporal.
- Interpersonal: capacidad de entender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas, facilitando la relación con los demás efectivamente.
- Intrapersonal: capacidad d
- observar, identificar y clasificar a los miembros de un grupo o especie.
- Existencial: capacidad basada en la experiencia vivida para afrontar tareas novedosas, combinar experiencias y formular nuevas ideas.
Inteligencias que se pueden mejorar, según Gardner
Según explica Howard Gardner a aprendemas.com, estas inteligencias múltiples no son “innatas e inamovibles” y se pueden desarrollar en la educación e, incluso, más allá del ámbito estrictamente educativo en aquellos casos en los que las personas no han seguido en las aulas un programa educacional que contemplase estos tipos de inteligencia.
De hecho, Gardner constata que “las inteligencias se pueden mejorar si una persona está motivada para mejorarlas. Hay recursos disponibles tecnológicos, humanos, modelos financieros… si la persona quiere seguir practicando el uso de la inteligencia”.
El desarrollo de la inteligencia en el aula
El ámbito educativo es fundamental para el desarrollo del niño y de su inteligencia. Y una de las mejores maneras de poder desarrollarla es empezar cuando los niños son pequeños y ya desde el aula, ateniendo a que “cada niño es diferente, cada uno tiene un potencial único y cada uno tiene talento. A medida que evolucionamos en el sistema educativo debemos asegurarnos de que desarrollamos cada faceta de nuestra inteligencia igualmente para que cada uno se de cuenta de su potencial”, afirma a aprendemas.com el experto en educación Richard Gerver.
Precisamente las inteligencias múltiples, siguiendo la teoría de Gardner, pueden desarrollarse en el aula. Esto presenta una serie de ventajas claras. “El respeto a las potencialidades de cada niño al que se le ve desde un punto de vista más amplio y global y no sólo desde las matemáticas o las lenguas”, señala Nieves Gomis, profesora en la Universidad de Alicante. Gomis añade que “a un niño a quien se le contemplan y reconocen todas sus potencialidades, se conocen sus puntos fuertes y débiles, es un niño que respeta su propia identidad”.
Cómo trabajar las inteligencias múltiples
Además, el hecho de trabajar las inteligencias múltiples presenta la ventaja de que suelen ser niños y, posteriormente, adultos que “son más felices» añade Esteban Vázquez, doctor en Ciencias de la Educación, profesor asociado de la UNED. En su opinión «se relativiza todo mucho más y cuando uno es competente, al final, se consigue ver la realidad desde otro punto de vista y se tiene un mayor desarrollo a nivel personal”.
«Nuestra responsabilidad moral como educadores es preparar a nuestros niños para los desafíos del futuro», señala Richard Gerver a aprendemas.com
Las ventajas de trabajar la inteligencia en el aula aún son mayores. De hecho, Richard Gerver señala en declaraciones a aprendemas.com que, debido a que vivimos en una era post-industrial, «debemos nutrir y desarrollar todos los aspectos de nuestra inteligencia para crear a gente tridimensional» . «Nuestra responsabilidad moral como educadores es preparar a nuestros niños para los desafíos del futuro. Y para ello hay que asegurarse de que tienen las mejores posibilidades y de educar al niño en su totalidad”, añade.
Por ello, todas las inteligencias deben trabajarse por igual en el aula a través de entornos estimulantes en los que se activen las inteligencias de los niños y desarrollen su potencial e inteligencia”, aclara Gomis. No obstante, la profesora reconoce que socialmente “están más reconocidas unas que otras”, aunque incide en que en la escuela se “debe ofrecer la posibilidad de desarrollarlas todas por igual”.
Similar opinión es expresada por Esteban Vázquez, quien resalta que «se debería trabajar más por competencias y no tanto por contenido.
Más implicación
No obstante, pese a las ventajas, en España la teoría de Gardner no está muy implantada en las aulas y tan sólo se pueden encontrar algunas experiencias en colegios privados o privados-concertados -raramente en los centros públicos-.
Unos programas que no son siempre fáciles de implantar por su propio desarrollo y definición, “siendo más fácil identificar buenas propuestas que ya se hacen y en las que se trabaja”, asevera Nieves Gomis. Además, indica la profesora, en su implantación también hay que superar el reto de tener a profesores formados para poder “evaluar y dar formación que contemple las diferentes inteligencias”.
También es importante, añade Gomis, la “formación y coordinación con las familias para trabajar de forma conjunta y ver al niño desde una manera más global, más amplia y diseñar propuestas para trabajar conjuntamente. Los padres necesitan información y formación para integrar toda la filosofía y para que puedan abrir la mirada sobre sus hijos”.
¿Cómo se pueden desarrollar las inteligencias múltiples?
Y, ¿cómo se pueden desarrollar las inteligencias múltiples? Por ejemplo, a través de una serie de actividades según el tipo de inteligencia como, por ejemplo, juegos de palabras, lecturas en voz alta o jugar a ser reporteros en el caso de la inteligencia lingüística entre otras posibilidades. También a través de demostraciones científicas o jugar a juegos de lógica como el ajedrez en la inteligencia lógica y matemática.
Otras actividades para la inteligencia espacial son hacer dibujos en 3D o pintura artística, mientras que para la inteligencia kinestésica son interesantes el teatro, las artes marciales o la danza. Por otro lado, para la inteligencia musical se puede extraer la letra de una canción que guste o inventar la letra y música de una canción. En el caso de la inteligencia interpersonal se puede optar por actividades como trabajos en grupo o juegos en parejas. Y para la inteligencia intrapersonal, algunas alternativas contemplan las actividades de relajación o ejercicios de motivación y proyección personal y profesional, entre otras posibilidades.
Las inteligencias múltiples en las aulas españolas
Los programas relacionados con las inteligencias múltiples no son los únicos que se llevan a cabo en las aulas españolas para fomentar determinadas capacidades. En Cataluña, algunos centros siguen programas de educación emocional con los que se refuerzan las habilidades de socialización como el respeto o la autoestima entre el alumnado y se trabaja la inteligencia emocional.
Un sistema sobre el que “las investigaciones empíricas han aportado evidencias de efectos positivos en el desarrollo de competencias sociales y emocionales. También en la mejora de actitudes hacia sí mismo, hacia los demás y hacia la escuela y en el comportamiento positivo en clase”, explica Rafael Bisquerra, catedrático de la Universidad de Barcelona y experto en Educación Emocional.
Además, también se ha constatado “una disminución en los problemas de comportamiento, conflictos, agresividad, violencia, ansiedad y estrés”, añade Bisquerra. Su aplicación en el aula “consiste en actividades prácticas enfocadas al desarrollo competencias emocionales». Y destaca entre ellas: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía emocional, relaciones interpersonales, habilidades para la vida y el bienestar. Estas actividades son “eminentemente prácticas, incluyendo introspección, role playing o simulación», especifica Bisquerra.
La inteligencia en el trabajo
Las personas que no se han formado con programas educacionales siguiendo la filosofía de las inteligencias múltiples o de la educación emocional pueden desarrollarlas de adulto y aplicarlas en el ámbito laboral. Según explica Esteban Vázquez, dentro de este campo se desarrollan diferentes actividades. Entre ellas cabe destacar “cursos de lenguaje no verbal, de comunicación para directivos… y para fomentar la formación continua en la empresa en competencias que son estratégicas de la compañía”.
La ventaja de hacer estos cursos frente a otros trabajadores es clara: “se es más profesional”, aclara Esteban Vázquez. De hecho, añade Gerver, serán aquellas personas con un mayor conocimiento de sus múltiples inteligencias, habilidades sociales… las que prosperarán. Debemos recordar que son habilidades que son la divisa fuerte del siglo XXI”.
Formación específica
Una vez más, para su implantación hay algunas barreras porque, al igual que sucede en la escuela, “en el ámbito laboral no hay suficientes estudios ni aplicaciones para desarrollar las inteligencias múltiples en la empresa», según Vázquez. «Hay que ver qué actividades son más interesantes para el desarrollo de competencias en las compañías que, además, son más selectivas en las competencias de los trabajadores que el sistema educativo”.
Y para desarrollar la inteligencia emocional, se puede acudir a formación específica. No obstante, “hay que desechar la falsa idea de que esto es fácil de conseguir. Las competencias emocionales son de las más difíciles de desarrollar”, afirma Rafael Bizquerra.
La importancia de desarrollar la inteligencia a lo largo de la vida
Como indica Gardner, la inteligencia no es inamovible y se puede desarrollar por uno mismo porque la inteligencia es un perfil que va cambiando a lo largo de la vida y marca un aprendizaje en el tiempo y potencia áreas. No obstante, “la infancia es clave para que el alumno pueda llegar a su máximo de desarrollo”, explica Nieves Gomis.
Según Gomis, “desde que el niño nace hay que ver todas sus capacidades porque ya nace con múltiples inteligencias. Luego, al escolarizarlo, hay que verlo de manera múltiple y diversa e impulsar el desarrollo de sus capacidades con los mejores estímulos. Las familias deben tenerlo en cuenta y pensar que si un niño no lee a una determinada edad, no pasa nada, porque puede tener otras facetas o potencialidades”.
Para Esteban Vázquez, la infancia también es una edad clave. De hecho, considera que el desarrollo de la inteligencia “debe comenzar desde pequeños. A partir de los tres años ya hay esquemas de aprendizaje y con 14 años se cierran los esquemas y luego cuesta más”, incide Vázquez.
A lo largo de la vida no sólo es importante desarrollar las inteligencias múltiples, sino también la inteligencia emocional. Según Rafael Bizquerra “es muy necesario. El desarrollo de la competencias emocionales es un proceso que debería iniciarse con el nacimiento en la familia, estar presente a lo largo de toda la escolaridad y a lo largo de toda la vida”.
Consejos para desarrollar las inteligencias múltiples a lo largo de la vida
Richard Gerver da la clave: “Lo más importante es reconocer y valorar los diferentes elementos de nuestra personalidad y no sólo nuestra destreza académica. Debemos tratar de identificar en nosotros mismos las fortalezas y debilidades de nuestro propio carácter e intereses y desarrollar cada una de las inteligencias. También hacer lo mismo que nuestros hijos, asegurándonos del desarrollo de competencias y atribuciones en equidad con las académicas. Explícitamente, se debe desarrollar la capacidad de resiliencia, confianza en uno mismo”.
Pero todo ello y todos los recursos disponibles de nada sirven si no hay motivación. Y es que según Howard Gardner, “si la persona no está motivada, hay pocos o pobres recursos disponibles. Si la persona no trabaja de manera constante, entonces, por supuesto, la inteligencia no se verá reforzada”.
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